Valoración del comportamiento y doma de las razas berrendas para la convivencia con depredadores

Valoración del comportamiento y doma de las razas berrendas para la convivencia con depredadores

*Artículo publicado en el número 44 de la revista FEAGAS


El objetivo del presente estudio, realizado con las razas de ganado vacuno Berrenda en Colorado y Berrenda en Negro, ha sido poder valorar el compartimiento de estas razas para la doma de carretas, manejo de ganado bravo y convivencia con depredadores. Tras este estudio, hemos llegado a la conclusión de que el Acoso y Derribo potencia el efecto manada y desarrollan un perfil polifacético en la doma como es el cabestraje y el tiro de carretas.

¿Qué es el efecto manada?

Todos hemos visto imágenes de un león intentando dar caza a la presa, corriendo detrás de la manada. Lo que no sabemos la mayoría es que no todos los miembros de la manada ven al león. Por mimetismo, todos se agrupan y corren sin saber el por qué. Esta acción es el ejemplo perfecto del efecto manada o comportamiento gregario. Este comportamiento también se asocia al  instinto de supervivencia.

Para nuestro estudio, nos hemos basado en el acoso y derribo como método de valoración.

Antiguamente, el ganado se manejaba sin cercas, en grandes rebaños que se movían por distintas zonas, dirigidos por los vaqueros a caballo. Cuando un animal se separaba del rebaño, era acosado y derribado por los vaqueros, hasta que volvía de nuevo junto al resto… Así aprendían a no separarse del rebaño y se facilitaba el manejo de este. 

Hoy en día, el Acoso y Derribo  es usado para valorar distintos aspectos de comportamiento en las reses, especialmente en el ganado de lidia.

Puntos de valoración en el estudio:

● Orientación: Los animales tienen que saber dónde está la salida y hacia dónde tienen que ir.

● Fijeza: Consiste en que sigan una dirección clara. Sin perder la rectitud ni orientación hacia este lugar a pesar de las echadas. 

● Obediencia: El animal se dirige hacia el lado contrario al tocarlo con la garrocha. Es muy importante porque nos da información para saber cómo responderán a la hora del enganche de carretas o controlar reses bravas. La res que al tocarle en un lado con la garrocha se dirige al mismo lado no se considera obediente.  

● Resistencia: Se considera a un animal resistente si no disminuye mucho su velocidad a medida que avanza la carrera. Se mide acorde a la velocidad de galope desde la salida del rodeo hasta el momento de la primera echada.

● Carácter: Se observa en el momento de las echadas. Observamos si cuando se tira al suelo el animal se defiende.  Este  carácter suele presentarse en animales más broncos, y como ventaja, son animales que defienden mejor sus crías.  

● Aire con el que sale de la echada: Puede irse al paso, al trote o al galope. 

● Los tiempos se evalúan dejando espacio a la res una vez echada, sin acosarla estando en el suelo y observando su reacción, si se queda en el suelo, si se levanta y embroca etc.

Además, esta prueba sirve también como doma. Cuando un animal se salía de la manada, los vaqueros y mayorales le acosaban y derribaban en señal de que no está bien hecho, era como un castigo. Esta doma también puede cambiar el carácter a una becerra bronca, si se sale se la derriba, si está en la manada no se la hace nada, eso lo aprenden y hace que no se salgan de la manada ni que ninguna vaya por libre. Este ejercicio de doma facilita mucho el manejo de rebaños de vacas.

Detalles del trabajo desarrollado.

Se han valorado 42 animales, machos y hembras, en un rango de edad de 10 a 36 meses, de la ganadería de Doña Lourdes González y don Jaime Andrés Gil.

Los animales han pasado el mismo examen:

-2 echadas como mínimo

-4 máximo a orden del equipo técnico. El ejemplar se suelta del corral y se deja correr para ver la orientación que desarrolla, si sale hacia el corral de querencia o no. Cuando el técnico da la orden los caballos salen corriendo tras él acosándolo hasta que son capaces de derribarlo. En este momento se separan lateralmente, dejando el ejemplar a la vista del jurado técnico, que valora el tiempo que tarda en levantarse, hacia dónde se levanta, la orientación que lleva, si se embroca y hace cara los caballos, si se arranca hacia ellos y el aire al que sale después de levantarse.

El equipo técnico valorador va dando órdenes sobre si lo vuelven a echar. Dependiendo del carácter del animal, el equipo técnico valora si necesita más o menos echadas.  

Así podemos valorar el caracter del animal. El animal es bronco si se embroca tras las echadas, demasiado linfático si sale muy despacio después de las echadas y se viene abajo tras las carrera, obediente si responde a los toques, etc.  

Los datos que se exponen a continuación son los resultados de los 42 animales de los que se realizó el estudio.  Dividimos por echadas (1ª, 2ª, 3ª y 4ª) y los valores medidos en conjunto de todas las reses.

1ª echada. Nº animales: 41

El tiempo en el suelo de la mayoría de los animales en su primera echada, no superó en ningún momento los 10 segundos, excepto una que llegó a los 28 segundos. 

La media de tiempo en el suelo en la primera echada es de 4 segundos. Cuando se levantan de la primera echada, el 95,1% (39 animales) no embroca, sigue su marcha. Un 2,4% (1 animal) se queda mirando a los caballos. Otro 2,4% llega a embrocarse cuando se levanta de la echada.

29 animales salen en la misma dirección que la traída en la carrera, es decir, dirección el corral de querencia, mientras que 12 se desorientaron.

La mayoría (31 animales), salen al trote hacia el corral de querencia, 9 salen a galope y solamente 1 se va al paso.

2ª echada. Nº animales: 38

En la segunda echada, la media de tiempo en el suelo fue de 5 segundos. La mayoría no superan los 10 segundos. Alguna res casi llega a los 20 segundos, y la excepción de un animal que llegó a los 51 segundos en el suelo.

3 animales (7,9%) mira a los caballos sin embrocarse, 1 animal (2,6%) se embroca, coincidiendo que es la misma que en la primera echada, y el 89,5% no se embroca (34 animales).

27 animales siguen la misma dirección tras la echada, mientras que 11 se desorientan un poco al principio.

En esta echada, la mayoría vuelven a salir al trote (33 animales) mientras que 5 animales lo hacen al galope.

3ª echada. Nº animales: 33

La media de tiempo en el suelo de la tercera echada es de 7 segundos. La misma res que tardó 51 segundos en levantarse en la 2ª echada, esta vez vuelve a subir la media tardando 38 segundos. La mayoría suben su tiempo en el suelo debido al cansancio y el calor de la época, pero en ningún caso (exceptuando la dicha anteriormente) superan los 20 segundos.

El 78,8% (26 animales) no embrocan. El 6,1% (2 reses) se embrocan. 3 animales (9,1%) mira a los caballos fijamente. Y como novedad, hay 2 animales, que hacen un guiño como para embrocarse, pero no llegan a la acción de embrocarse bien.

20 animales siguen su misma dirección, corral de querencia y 12 se desorientan cuando se levantan.

23 animales salen al trote, 5 al galope y 3 animales al paso. En esta echada ocurre   como curiosidad que un animal sale a galope, se cae solo y luego sale al paso, y otra res no se levanta de la echada.

4ª echada. Nº animales: 9

Esta echada se realizó en pocas reses, la media de tiempo en el suelo fue más alta que las anteriores llegando a los 10 segundos. Hubo una res que llega a los 59 segundos, cosa que no es muy normal ya que traía una media de menos de 10 segundos en levantarse de las echadas anteriores.

De los pocos animales que llegaron a esta echada, el 90,9% (10 animales) no se embrocan y 1 res (9,1%) mira a los caballos.

7 reses salen con la misma dirección y 2 se desorientan.

De los 9 animales que se levantan de la echada, 8 de ellos salen al trote y 1 se va al galope.

Resumen y conclusiones: 

● El Acoso y Derribo es una herramienta útil para potenciar el efecto manada. Partiendo de que es una prueba, se consigue que los animales aprendan que cuando se separan del rebaño corren peligro, mientras que cuando se encuentran amparadas por el rebaño, el peligro es menor. Esto tiene dos principales consecuencias:

○ Se facilita el manejo de estos animales en grandes grupos.  Con  este aprendizaje, tenderán siempre a agruparse, por lo que se facilita el gestionar el rebaño en saneamientos, cambios de recintos, etc.

○ Se capacita al rebaño para defenderse mejor de ataques de depredadores, ladrones, etc. 

● El Acoso y Derribo, es una prueba muy útil para la valoración del comportamiento de los animales bovinos. Gracias a esta prueba, se puede determinar el carácter de un animal, teniendo en cuenta:

○ Tiempo de echadas y el aire con que se levanta de ellas. Los tiempos en que el animal está echado, es inversamente proporcional al carácter de este. Animales linfáticos, siempre se van a quedar más tiempo echados que animales más avispados y alegres.

○ Embroque. Que el animal se embroque, se vuelva y se encare, o siga corriendo, nos denota su bravura. En algunos casos como la producción cárnica, esta bravura puede ser perjudicial, pues el estrés en el momento del sacrificio deprecia las canales. Por el contrario, un poco de bravura es muy necesaria para ejemplares que, como las razas berrendas, tienen relación directa con el toro de lidia. Para actuar como bueyes con el ganado bravo, es muy necesario este punto de bravura que se valora con el acoso y derribo.

○ La orientación en la carrera, la obediencia a los toques y la salida en la misma dirección nos permiten valorar la capacidad de aprendizaje que puede tener un animal en el futuro, de forma especial de cara a la doma de bueyes para las carretas y el uso de cabestros para el bravo.

● Tras esta prueba, los animales están en mejores condiciones de convivir con depredadores como el Lobo Ibérico ya que se potencia el efecto manada y por tanto, la capacidad de defenderse de depredadores naturales.

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